¿Puede el té verde ayudar a tratar las infecciones bacterianas?

Parece que recién estamos empezando a descubrir el poder del té verde. 

En los últimos años, el té verde se ha relacionado con la reducción del riesgo de cáncer, enfermedad cardíaca, accidente cerebrovascular, presión arterial alta y artritis reumatoide. Y, a medida que pasa el tiempo, es probable que encontremos más y más usos para el té verde.

Lectura: ¿Podría el té verde proporcionar una cura para el cáncer

La bala mágica en el té verde es su alto nivel de antioxidantes. Los antioxidantes combaten los radicales libres que se crean en nuestros cuerpos a medida que procesamos los alimentos. Los radicales libres producen daños en nuestras células y nuestro ADN, y eventualmente conducen a la enfermedad si no los combatimos. Los antioxidantes son nuestra defensa más importante contra el daño de los radicales libres.

Uno de los antioxidantes más importantes es el galato de epicatequina (EGCG) Como un antioxidante, el EGCG es 25-100 veces más potente que las vitaminas C y E. EGCG es una de las muchas catequinas que se encuentran en el té verde, así como en frutas y vegetales. Son antioxidantes, bioflavonoides y polifenoles. Las tres de estas sustancias son efectivas para mejorar nuestro sistema inmunológico y prevenir el envejecimiento y la enfermedad.

Sin embargo, la investigación muestra que, además de prevenir enfermedades, los poderosos antioxidantes en el té verde también pueden tener un efecto antibacteriano. Esto es lógico, ya que sabemos que los antioxidantes estimulan nuestro sistema inmunológico.

Investigadores del Hospital Brigham & Women's de Boston encontraron evidencia de que el té puede mantener el sistema inmunológico preparado para defenderse de los ataques de bacterias y otros patógenos.

 El estudio analizó a 11 bebedores sanos que no toman té, que comenzaron a beber té, y los comparó con 10 personas sanas que comenzaron a beber café.

Los investigadores descubrieron que beber 20 onzas de té al día durante al menos dos semanas duplicaba o triplicaba la producción de una sustancia que combate la infección llamada interferón gamma. Aparentemente, el cuerpo metaboliza el té en moléculas que imitan a las proteínas de la superficie de las bacterias, lo que activa el sistema inmunológico de manera que cuando aparecen virus reales, el sistema inmunológico del cuerpo comienza a actuar más rápidamente.

La Universidad de Okayama en Japón encontró algo aún más interesante. Los pacientes que estaban infectados con una cepa de Staphylococcus aureus (infección por estafilococos) que era particularmente resistente a los antibióticos respondieron más favorablemente a su tratamiento cuando se administró con el extracto de EGCG del té verde. El EGCG hizo que la infección fuera menos capaz de luchar contra el anti-biótico.

Entonces, ¿qué significa esto para mí?

Al igual que con muchos otros hallazgos de investigación, siempre hay más cosas que debemos examinar. Y, sin duda, se realizarán más investigaciones para identificar de manera más concluyente cómo los antioxidantes del té verde pueden ayudar a que nuestro cuerpo se mantenga saludable. Sin embargo, parece probable que los antioxidantes contenidos en el té verde sean altamente efectivos para mejorar su sistema inmunológico, lo que puede ayudar a evitar que se contagien con virus.

Pero, lo que es más importante, estos antioxidantes pueden ayudar a tratar las bacterias e infecciones graves incluso después de haberlas contraído. Es posible que los médicos puedan usar esta poderosa información para ayudar a los pacientes a recuperarse más fácil y rápidamente de infecciones graves.

Pero, de seguro, sabemos lo suficiente como para concluir que necesitamos una dieta rica en antioxidantes. Asegúrese de comer muchas frutas y verduras todos los días. Luego, lávelo todo con té verde para ayudarlo a aumentar aún más su nivel de antioxidante.

Asegúrese de que el té que elija sea té verde, en lugar de té negro tradicional. El té negro es saludable, pero no tan saludable como el té verde. Todo el té proviene de la misma planta, la Camellia sinensis; hermana del arbusto de camelia que muchas personas cultivan en el sudeste de los Estados Unidos.

El té negro se fermenta durante el procesamiento, el té verde no lo es. La fermentación que experimenta el té negro cambia los antioxidantes naturales en otro estado que no es tan saludable como su estado original. Por esta razón, el té verde (y el té blanco también) es la mejor fuente de antioxidantes.

¿Cuánto necesito?

En las culturas asiáticas, donde el consumo de té verde es muy alto y la incidencia de muchas enfermedades graves es mucho menor que la de los EE. UU., Muchas personas beben hasta 8-10 tazas de té verde por día. Sin embargo, la mayoría de los médicos creen que puede obtener beneficios de salud al beber solo 8-10 onzas por día.

Una cosa es segura, cualquier cantidad de té verde está aumentando su nivel de antioxidantes, lo cual es bueno para su salud. La clave parece estar bebiéndola constantemente. Agregar una taza de té verde a su dieta todos los días por el resto de su vida será más efectivo que beber un litro de vez en cuando.

Si no está bebiendo té verde en este momento, agregarlo a su dieta podría ser una forma efectiva de mejorar su sistema inmunológico a corto y largo plazo. Es posible que pueda combatir de manera más efectiva los pequeños virus que se le presentan en este momento, y es posible que pueda prevenir enfermedades graves más adelante en la vida. El té verde es delicioso y es bueno para ti; ¡así que tiene sentido para la salud tomar su dosis de té verde todos los días!